La flota se agrupaba paulatinamente, poco a poco, un mar
de mástiles se agolpaba entorno a Cies.
La decisión que tomaran no
admitía mucha espera ya que la flota corsaria, si las informaciones eran
veraces, no tardaría en romper la línea del horizonte.
No había acuerdo. El consejo de Indias, se empeñaba en que
esta tomara rumbo a Sevilla, pero la presencia de la escuadra corsaria lo
desaconsejaba. Después de largas y acaloradas discusiones, los intereses sobre
el oro eran muy variados y de distinta índole, se comisionó a Juan de Larrea
para que procediera a supervisar el desembarco de aquel gran tesoro en el
puerto de abrigo que tenían más cercano.
Demasiado tarde, la escuadra anglo-holandesa los descubre y
se dirige velozmente a su abordaje.
La alarma esta dada y las prisas por reembarcar a cada uno
de los tripulantes y sus respectivas barcas, dificultan las maniobras.
Lo que antes era un mar de mástiles, se transformaba en un
mar de velas a medio hinchar, ya que las unas entorpecen la función de las
otras, recoger viento. Los timoneles en sus puestos, proa a Vigo.
Inopinadamente el Santo Cristo de Maracaibo, deja el abrigo y a toda vela, con las
troneras abiertas, navega hacia los corsarios. A su estela y en la misma
aptitud de batalla, el San Juan y el Nuestra Señora de las Mercedes.
Esta amenaza obliga a sus atacantes a realizar una
maniobra defensiva, que no es otra que virar su rumbo para repeler el posible
ataque poniéndose de costado.
La meteorología se había aliado con ellos. Una densa
niebla que impedía ver luz a muy corta distancia, los envolvió de pronto. La
táctica había resultado, aunque arriesgada, perfecta y los corsarios, sin
apenas moverse a la espera de los acontecimientos mientras los tres navíos de
pabellón español, se escabullían de su alcance adentrándose en mar
abierto. Transcurrido un tiempo de
espera prudencial y sabiéndose burlados, los ingleses viraron dirigiéndose con
premura al puerto donde presumiblemente
ya habrían arribado sus presas
La flota española y su escolta, entraba al abrigo de la
ensenada de San Simón convenientemente protegida por la infantería que el
almirante George Rooke había preparado al efecto para su defensa compuesta por
setecientos infantes, dos compañías, doscientos milicianos quinientos más en la
Ciudadela de el Castro además de otros mil en la ensenada de Teis, lo que hacía de todas maneras una suma muy
inferior e la Armada Corsaria, tanto en infantería como en piezas artilleras,
con la dificultad añadida de la poca movilidad que tal número de buques podría
desarrollar. Estaban metidos, en una perfecta ratonera a merced de la resistencia
que las defensas terrestres así como las
cadenas de contención que atravesaban la ría.
La orden de descarga del Tesoro de Indias se había cursado
ya y la actividad era febril en cada uno de los buques. Gran número de carros
de bueyes y carretas tiradas por mulas, se apelotonaban en el pantalán a fin de
poner a buen recaudo toda aquella fortuna.
Entretanto, y
después de dos estériles horas de incierto rumbo, las tres naos que
navegaban bajo pabellón español, avistaban nuevamente Cies
HOLA NOCHE
Hola noche, que tal
¿como te llamas?,
se escuchó aquel
silencio impresionante
como torrente de
agua deslumbrante
y el olor de los
brotes de retamas
A lo lejos se oían esas nanas
con aquel resplandor
seco y brillante
semejante a los
besos del amante
que con el Sol
bautiza las ventanas.
Si te abrazo me
siento complacido
por que pienso y
deseo la sonrisa,
alimento de todo
mi sentido
me acaricia envolviéndome
en su brisa
rescatando mi sed de aquel el olvido
que oprime fuertemente
la camisa.
me encantó!! muy un relato que atrapa y l a poesía llena de melodía , quería darte las gracia s por tus palabras y mi visita al blog un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarMuchas gracias, Beatriz, por la visita que me haces y por el comentario. Es un placer verte por estos lares, sientete como en tú casa y regresa cuando lo desees. Un abrazo.
EliminarAmigo Tiguaz nos sorprende no con poesia en esta ocasion.si no con un precioso relato.del cual me esta dejando fascinado,por ello agradecerle su complicidad con nosotros.La opcion del lector es dar su efoque personal,mil gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias, anónimo amigo-a, aunque casi podría ponerte nombre. Me gusta lo que dices y lo que piensas, espero que me sigas visitando. Te mando un fuerte abrazo y mi cariño.
EliminarMuy buen relato . Los ingleses han sido dueños del mar desde tiempo inmemorial y corsarios y piratas en todo tiempo. Hoy se les da otro nombre, pero lo siguen siendo.
ResponderEliminarUn cariño.
mariarosa
María Rosa: Haces una foto perfecta de los "corsarios", lo único que cambien en su indumentaria, es el modelo de sombrero, ahora usan bombin, antes sombreros de tres picos. Muchas gracias por tú visita, mi agradecimiento u mi cariño.
EliminarUn relato que suscita emocion en todo momento,muchas gracias por conpartirlo.Pero un buen poema es el que transforma algo dentro de mi y le dire que los suyos si lo hacen.Un abrazo
ResponderEliminarAnónimo amigo-a.
ResponderEliminarMuchas gracias por la lectura y por el bello comentario. Que te digan que los poemas que escribo transforman el alma, es para sentir una sensación tan intensa que puedo hasta sonrojarme. Muchas gracias y siéntase como en su propia casa.Un abrazo.