Rebaños de indecentes cacatúas
lucidoras, palmitos trasnochados
poco pelo, de rizos estirados
permanentes cargadas de premuras;
sus pasos pregoneros de apreturas,
caderas ostentosas de costados,
pintalabios un tanto recargados,
el rimel como puntos de suturas.
Contoneo, cimbrear de sus caderas
llamando la atención de las gaviotas,
solo queda un desfile en las aceras
pasarela de arena y dar las notas.
Ya las tardes se escapan presurosas,
mañana más anuncios en las rocas.
Foto Tiguaz