Es el magma
templario de la tierra
que sin querer
tenemos olvidado
sujetándonos a uno y
otro lado
en la lucha, la paz,
hasta en la guerra;
no comprendo muy
bien que es lo que encierra
si acaso las
caricias que no he dado
o quizás aquel beso tan guardado,
espero por si al fin lo desentierra.
Me transformo en
espada solitaria
vigilante de noche los caminos
volviéndose una
forma estrafalaria
que escudriña cercana los destinos
En su filo dejó la
marca el viento,
lo importante lo
guardo en pergaminos.