Me
gusta que abandones tú desierto
por
beber del agua de mis labios
disfrutando
de este modo en los diarios
así
hacerlo a corazón siempre abierto.
Como
música de fondo el concierto
que
escucho como son de estradibarius
con
los notas de textos literarios
que
suenan en mi adentro con acierto.
Si
quieres te acompaso entre mis manos,
dirijo
los acordes, tus palabras,
sin
tan siquiera pedir que las reabras
de
aires deliciosos y cercanos.
Te
miro, se dispara en mí el deseo
porque
se de seguro lo que veo.