Ni a babor ni a estribor, caña a la vía,
la mesana inflamada por el viento,
la quilla descubierta a sotavento
en medio de esta alegre travesía.
De popa nos empuja en la estadía
lo justo que compone tal acierto,
crujido de las tablas, el sustento,
de la brisa de un mar de poesía.
Los foques, bien tensados, no hay cuidado
y la eslinga, en su sitio, vida mía,
como suena a lo lejos este osado,
canto austero, poniente de este día.
Por banda los cañones del costado
que acompañan en esta travesía.
Foto Tiguaz
Mi abuelo era marino mercante, mi padre delineante de astilleros, yo he nacido en una ciudad de barcos y vivo ahora en un pueblo de pescadores.
ResponderEliminarEl barco. El barco de aventuras, el barco de alimento, el barco de horas muertas, el barco del balanceo. Hay un tópico antiguo, el del homo viator, que insta a que nos imaginemos como caminantes. Pero prefiero y me llega bastante más lo que tú me cuentas en este, yo sé que tú y yo, y otros, lo que somos es navegantes.
Una bella travesía Tiguaz! Intensa, con ese aire de aventura bucanera que me fascina tanto. Bien Master, como siempre un placer pasearme por cubierta con usted!
ResponderEliminarUn abrazo y mis ovaciones.
Albita marinera………
ResponderEliminarMuchas gracias por la lectura y el comentario; los dos disfrutamos y padecemos en ocasiones la misma mar, la dama de sangre verdosa de tenebrosos abismos que pasa por la playa a dejarnos sus cabreos frecuentemente, otras veces sus regalos de poesía.
Mi afecto y un beso:
Por cierto tu blog, precioso.
Sandra........
ResponderEliminarMuchas gracias por leerlo y comentarlo, sabes que me encanta verte por esta cubierta compartiendo la navegación conmigo, es un placer.