Bien quise recordar aquel olvido
lo que el decir sin
fe me recordaba,
ese mirar al tiempo
que pasaba
apenas reparando en lo sentido.
No puedo permitir
que tanto ruido
enturbie los
confines donde estaba
tampoco desvirtúe si
callaba
aquellos malos ecos
sin sonido.
Profundo es el
absurdo donde vivo
respiro solo el aire
necesario
la vida es ese baile
estrafalario
que casi nunca fue lo
que concibo.
Se encienden las
farolas, anochece,
esa luz de aquel Sol
desaparece.