envuelto en mil retales de colores
aromas de fragancias y de flores
con los toques sutiles de aquel arte;
la porción diminuta de la parte
desnudando diminutos estertores
de hojas que desprenden los temblores
aquel viento fugaz que las arrastre.
Alfombras la vereda del camino
con el toque temprano de la muerte
el vaivén lastimero, inconsecuente
que no encamina a nada ni al destino;
te miro así
recreo la mirada,
anochece después la madrugada.
anochece después la madrugada.