Foto Tiguaz.
El pasillo del
tiempo donde vivo
al que cursa visita
cada noche
una sombra con cara
de reproche
que pasa a suscribir
lo relativo.
Me siento como un
naufrago cautivo
prendido en la
tormenta del fantoche,
inmerso en la
distancia de anteanoche
a un grado de sed
superlativo.
Voy quemando las
horas muy despacio,
tejiendo los
instantes en minutos
bien pudiera que
fuera aquel prefacio
de los pensares
siempre diminutos.
Una vuelta, dos mas,
esto termina,
y la vida.., una pura
golosina.