Mi color preferido es solo verte
para así disfrutar
de los sabores,
el brindis de la luz más consecuente
rodeado de mil
pétalos de flores.
Recorro cada esquina
de tú cuerpo,
los poros de la piel son mi morada
una lucha cruel, el
anticuerpo
que desata esa
guerra perfumada.
No me pidas que
cambie el contenido
ya que sabes lo
haría de tal modo
porque el color
sería tan manido
pudiendo parecerse
casi a un lodo.
Aguanta la mirada
verde nana,
asómate desnuda a mi
ventana.