Querido adiós, hoy vengo a despedirme
por si alguien celebrara mi regreso,
dejando en mis mejillas solo un beso
de las buenos, los grandes, el más
firme.
Me voy con golpecitos en la espalda
sin apenas hacer nada de ruido,
quizás un sentimiento mal herido
de color muy parejo a la guirnalda.
Este tiempo de paso encadenado
de rodares sin ruidos, de puntillas,
con perfumes de flores amarillas
que repartiera un pétalo dorado.
Un ramo de deseos tan sentidos,
austeros, delicados y vividos.
Bellísimo, amigo, un gusto poder seguir leyéndote. Que tu poesía no nos abandone. Un enorme abrazo.
ResponderEliminarAunque sea por duplicado, te aseguro que casi no recuerdo como era esto, reitero mi agradecimiento y te mando un abrazo.
EliminarRemontando vuelo bloguero, señor poeta? Mi enhorabuena por retornar a estos lares! Un bello poema que más que un adiós sea un hola.
ResponderEliminar"Un ramo de deseos tan sentidos,
austeros, delicados y vividos."
Me sugiere un cierre perfecto. Mi aplauso Master! Un abrazo y no se pierda...
Muchas gracias, Sandra, remontando el vuelo, muchas gracias por tú visita, espero seguir viéndote por estos lares, un beso.
ResponderEliminarYadira, muchísimas gracias, un placer verte por estos lares, muchas gracias y un beso.
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